martes, 17 de noviembre de 2009

Nada Más

Nada más,
hoy no me queda nada más,
cementerio urbano, tumba de lágrimas...
Navidad,
felicidad de contrabando,
tristeza de embargo
sin cómo ni cuándo.
¿Por qué?
No lo sé,
quizá por dejar de vivir
para beber,
por estar
en vez de ser
Sector III...
deambulo por mi ciudad
los semáforos tiritan,
me abrazo a Soledad.
Mírame, Luna,
en ésto me has convertido:
rehén
allá donde habite el olvido,
nostálgico,
sumiso de éste calvario,
mi castigo es ser un eterno solitario.
Me encierro en mi cuarto,
huyendo del protocolo,
pero,
seamos francos,
a nadie le gusta estar solo.
Rezo al silencio,
ya no me escucha Teres,
magnifico mis vicios
y escondo mis placeres.
Al año nuevo
solo le pido equilibrio,
fluir de mentira,
enterrar lo que envidio,
paz,
un paseo por Ópera,
amor en tiempos del cólera...
No me moverán
mientras aún me quede whiskey
y hielo,
soy la obra más abstracta de Kandinsky,
cielos...
tú, mi pasión más complicada,
Mister Lonely,
coleccionista de miradas.
Paz y paciencia,
pago al contado,
compro tiempo,
vendo enfado.
Aposté
mi vida al trece,
Nachorte
busca la estrella
que le guíe a perder el Norte.
Es la vida bipolar
de los que no tenemos dueño,
los don nadie,
los derrochadores de sueños.
Noctambulismo,
más de mil lunas en vela
jugando con Maga a rayuela...
Éxtasis místico,
tu siempre mi ectoplasma,
tu mejor sonrisa
es mi peor fantasma.
Frentes hacia el suelo
en éste valle silente
mientras la muerte baja
la Cuesta de San Vicente.

No hay comentarios: