jueves, 24 de junio de 2010

V.I.D.A.

Ella mira su reflejo
en el escaparate
y se siente guapa.

Camina con la lentitud
de quien se sabe libre en las calles,
camina con la gravitud
de quien se sabe preso en el alma.
Deja colgar las piernas
al llegar al mismo puente de siempre,
y pasea la mirada
por el horizonte:
raíles, aceras,
la vida.
Abre el bolso
casi con desgana,
saca su cuchilla,
el primer corte,
siempre el más profundo,
la primera lágrima,
siempre la más amarga.
Camina con la lucidez
de quien se sabe a salvo,
camina con la placidez
de quien se sabe vivo.

Ella mira su reflejo
en el espejo del ascensor
y se siente guapa.

miércoles, 16 de junio de 2010

Sábado Noche.

Llegar diez minutos tarde,
la primera copa, nunca
demasiado cargada y siempre
con Red Bull.
Risas,
música,
des-
ilusión,
des-
esperanza.
La primera gota de lluvia
contra mi abrigo,
el viento en mi cara,
el viaje
en el primer metro,
el último cigarro
antes de entrar en casa,
las primeras líneas
de este poema,
el calendario dicta
que ya es domingo.

viernes, 4 de junio de 2010

Una Tarde Cualquiera.

Qué bueno haber coincidido.
Qué tremendamente bueno
que los astros
y Jesús
y Yahvé
y Alá
y todos los ángeles
y demonios del universo
se hayan puesto de acuerdo
y hayan detenido la aleatoriedad del tiempo,
juntándonos como sin querer
en ésta habitación,
ora tan de nadie,
ora tan nuestra.

Porque hoy viniste a visitarme,
me disfracé de ti,
te disfrazaste de mi,
y jugamos sin censura a sabernos vivos,
regalándonos los ojos,
las nostalgias y todas las sonrisas del mundo,
ora tan nuestras,
ora del tiempo.