martes, 23 de diciembre de 2008

Fantasmas.

La melancolía es una amapola encerrada entre cuatro paredes
y, aunque sabe cuidarse sola,
las personas a veces le hablan
de fantasmas
y la riegan en todas las barras con copas de soledad.
No dudo
que haya más aceras que las que pisan
tus suelas desgastadas,
más esquinas
que las que doblan tus caderas,
más rincones que los que llevan tu nombre.
Tampoco dudo
que no hay saber más amargo
que saber que te he perdido. Por lo pronto,
henchido de soledad,
apuro mi última copa
y en el parquecito que hay frente al bar
les hablo a las amapolas de tus sonrisas
y de cuando me acariciabas el pecho
hasta quedarme dormido.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Recuerdo.

Hay una hora en la que la ciudad
pierde su elegancia, y las paredes
se relamen la bilis de los atardeceres.
En ese momento las esquinas enmudecen
y el plenilunio ilumina por fin
ese rincón que recompone las cenizas del recuerdo.
Es entonces cuando dos ojos,
cuatro con suerte,
dilucidan que los esenciales no son los "porque",
sino los "aunque".

sábado, 6 de diciembre de 2008

Deja-Vu.

Ven a verme cuando las caricias
formen posos en tu copa de Cutty,
cuando se haya extinguido el ruido de las sirenas
y la calle Atocha se ilumine color verde-taxi,
cuando recobre el sentido cada uno de mis versos.
Cuando duerman las aceras y se te insinue el calendario.
Cuando pienses en mi y sonrias, entonces
ven a verme.