martes, 7 de febrero de 2012

El Viaje a Londres que nunca Hicimos.

Pasarán mil lunas
con todas sus estrellas,
me invitarán a recorrerlas,
a amarlas de refilón,
a resbalarme en sus reflejos.
Guardaré todos los secretos que me ofrezcan,
alguacil de la cárcel de cristal
de los sueños rotos,
inmune por la vacuna de sus pecados.
Eterno neófito.

Pasarán mil y una copas,
y mis amigos vendrán
a llenarme sin quererlo,
a obligarme a fluir por los pelos
y de puntillas,
a enseñarme los infinitos significados
de una lágrima.
Y al final del bosque que es mi mente,
quizá a partir del quinto whisky,
acaso vislumbraré la paz interior
y correré hacia ella,
sabedor de que nunca llegaré a la meta
como en los sueños.

Pasarán las mujeres.
Compartiremos caricias inconclusas
y algún cigarro de después,
exumaremos juntos los restos
de un placer que enterraron vivo,
intercambiaremos abrazos y confesiones.
Abriré mi corazón
para que les sea más sencillo escupirlo,
sanearemos las cuentas del olvido
llenando bañeras con el agua
del mar de los recuerdos.
Amaré y me amarán,
lloraré y llorarán.

Pasarán
pero siempre serás mi Selene,
mi Jack Daniel´s,
la mujer de mi vida.

Pasarán,
y sería de locos no admitir
que mi vida está basada
en tu muerte.