jueves, 24 de noviembre de 2016

Lejanías

Quiero creer
que no todas las personas
que cogen un tren
a las siete de la mañana
van borrachas.
Quiero creerlo, pero me cuesta.

Oigo risas, llantos y gemidos,
vómitos de sábado
aún sin resaca,
huele a ron
y a vidas rotas.
Frente a mí
hay una señora mayor
rodeada de tres muchachas
que chillan
y la mujer
se siente fuera
del mundo que representan las muchachas,
lo refleja su cara:
arquea las cejas
y esquiva el contacto visual
y las muchachas se divierten
pero la mujer no
y yo no
y arqueo las cejas
y esquivo mirarlas
pero aún así
no me siento fuera
porque a las muchachas
y a mí
nos unen algunas cosas:
la edad, por ejemplo,
o el poco apego por la vida,
nos unen
el vicio y la noche,
puede incluso
que yo sea
otra de ellas
y que haya desdoblado mi personalidad
y que una parte de mí
esté escribiendo esto
justo al lado de la señora
y la otra parte de mí
sea ese señor con barba
y chaqueta de cuero
que ahora me mira
como si quisiera
matarme.

Barrio

Estas calles son mías
como míos son sus otoños
y sus hojas,
me pertenecen.
Conozco bien el modus operandi
de las zonas deprimidas,
sé qué navaja
utilizar en cada caso,
conozco su muerte
y la venganza.
Cuando era pequeño
(indeterminadamente pequeño)
robábamos por la droga
y el camello
robaba a su vez
para aumentar su stock
y a veces
se cometían errores
y nos robábamos
entre nosotros,
cosas de niños.
Conozco bien esa tienda
y algunos labios
y algunas manos
y alguna lágrima,
lo salvaje de la risa
cuando creces
constantemente alerta.

Estas son mis calles, quede claro.
Agradezco las visitas
pero ahora,
por favor,
dejad de estropear mi césped y mis edificios,
todas
a tomar por culo
de mi casa.

sábado, 16 de julio de 2016

Verano

Día 24: vuelta.

Voy a escribirte el poema de amor más bonito del mundo.
Voy a escribir puentes
y habrá miles de recuerdos
y de mosquitos
y te reirás
y harás magia.
Voy a escribir
203
117
17
202
y de repente
al plasmarlo
será la contraseña que abra
la acorazada más importante que existe.

Voy a escribirte el poema más bonito del mundo
porque serás tú
y yo
de soslayo
y habrá carretera y verano
y piedras bajo nuestras cabezas.

Voy a escribirte el mundo más bonito,
uno que no gire,
que casi ni se inmute a nuestro paso,
un mundo voyeur y exhibicionista,
loco y puro
que plante rosas blancas
cuando estemos tristes.

Voy a escribirte el amor más bonito del mundo,
amor,
lo haré
y será tan largo
que nadie se atreverá
a leerlo
y eso será aún mejor
porque entonces
el poema,
el mundo
y el amor
serán
secretamente
nuestros.

sábado, 9 de julio de 2016

Zubiri

Día 16 bis: ron.

Juro
que he buscado
maneras alternativas
de paliar la ansiedad,
pero ni la risa
ni la música
lo han conseguido y,
como me desenganché
(antes de tiempo,
por lo visto)
a los psicofármacos
y a la autolesión
ya solo me quedan
los grados.
La soledad no se va, claro,
ni la culpa,
ni tú vuelves,
ni de lejos vuelves,
pero la opresión en el pecho,
la taquicardia
y las ganas de morirme
ceden
lo suficiente
como para poder
beber
una copa más.

No te preocupes,
corazón,
puedo ir viviendo
sin vida.

Adhesiones

Día 16: riesgo.

Yo no te pido tanto,
de verdad:
un beso, quizá, un mordisquito
en el labio,
un "te amo",
que vuelvas a mi lado,
que vivamos juntos
un tiempo
o
toda la vida,
sí,
mejor toda la vida,
que seas tú
quien cierre mis ojos
cuando todo acabe
(cuando todo acabe
de verdad),
y la felicidad
eterna y pura
de sabernos uno
para siempre.
Sin altar,
sin hijos,
sin hipoteca.
No te pido tanto,
¿no?

Entretanto
el campo yermo se riega
del terror
de tu huida.

Varsovia

Día 13: desesperanza.

La ciudad amurallada
se hace gigante y,
aunque no sé si estoy
dentro
o fuera
sí sé
que cada vez se complica más
escapar.
No es sencillo
convertir Ciudad del Cabo
en La Habana,
menos aún
con una guerrilla
de un solo hombre
que siempre está
demasiado lejos
del enemigo.

Será mejor
dedicarse a construir parques
y a asfaltar las calles
y a pintarlo todo
de colores vivos
dentro
o fuera
de la ciudad amurallada
y que al menos
las ruinas que queden
luzcan bonitas
dentro
o fuera
de tu vida.

Piratas del Caribe

Día 7: ¿fiesta?

El olor a mar
está,

estás,
nosotros
no
estamos.

martes, 28 de junio de 2016

Palmira

Día 6: tú.

He vuelto a ver tus ojos verdes
y a abrazar tus miedos
esta tarde.
No quería llorar, lo prometo.

El desierto se hace bosque entre tus manos,
el problema comienza
cuando tus manos se alejan
y entonces toca tala
y no tengo ninguna habilidad
con el hacha.
Me hablas, ya sin bosque,
de tu deseo de ser libre,
de ser tú sin mí,
de todo lo que implica,
y yo sé
sin duda
lo que implica
y me muero un poco
de antemano
sin morirme del todo
porque los muertos
no tienen
otra oportunidad.

Esos ojos verdes...

Pareces cansada, es natural,
pero al menos te veo comer
y me reconforta,
y me hablas de tus planes de verano
sin mí
y me reconforta.

No quería llorar, lo juro.

Despedida,
desierto bosque tala
desierto bosque tala
desierto bosque tala
sales del coche
y en el desierto aparece
un oasis de lágrimas
demasiado saladas
como para permitir
el crecimiento
de ninguna palmera.

lunes, 27 de junio de 2016

Makaveli

Día 5: ansiedad.

Escribo
por no suplicarte de rodillas
a cada instante
que regreses,
utilizando la poesía
como un parche de nicotina
que detiene
por un ratito
la taquicardia.

Esta casa que ya no es mía
tiene memoria y espinas
y más que casa es ya coche,
y más que cielo son curvas
y la persona que va dentro
(que tampoco tengo claro
si soy
o no soy yo)
tiene más de Amy que de Rouco,
y mira a través de la ventana
(del parabrisas)
con ira,
sin miedo.
La dirección no la conozco
ni me importa demasiado
si no te tengo al lado
acariciando mi brazo
a cada cambio de marchas,
quejándote tan divertida
de la música que te pongo,
así que lo mejor será
soltar el volante,
vendarme los ojos
y disfrutar
secretamente
de la estampada.

domingo, 26 de junio de 2016

De persianas y desnudos

Día 4: resaca.

Hace una semana
cabalgabas mi cara con el ímpetu
de la primera vez
hasta caer rendida y susurrar
que me amabas.

Hace una semana es un milenio.

Hace una semana es prehistórico,
y aún así
te sigo escribiendo
como si algún día
fueras a leerlo,
como si el castellano
fuera el idioma habitual
en las cavernas.

El problema de la falta de ropa
es que no puedo esconder
el asco que me tengo,
el problema de la falta de persianas
es que se disfruta
demasiado
de la luna, es decir,
que no se disfruta
de la luna.

No pierdo nada
por intentarlo,
aunque sea sin palabras,
aunque sea con señales de humo
que en el cielo dibujen
tu cara a lo Batman,
aunque nunca pueda ser ya
nada más
que tu Joker.

El poder del abrazo

Día 3: amigos.

Nunca subestimes
el poder de un abrazo
ni la energía sanadora
de un "estoy aquí,
no lo olvides".
Los amigos, cuando son de verdad,
(cuando no hay traición detrás)
vienen solos
y en los malos momentos
crecen
y se vuelven
superhéroes.

Por inercia
he vuelto a beber
y cuando ya no podía ver,
un mensaje:
"¿cómo lo llevas?"
y yo
no sé cómo lo llevaba
pero sé
que gracias a su mensaje
me he llenado de fuerzas
para seguir bebiendo.

viernes, 24 de junio de 2016

Marejada

Día 2: resaca.

No quiero acostumbrarme
a no poder verte,
a que este silencio
sea todo lo que me quede
de ti,
a guardar tu cepillo de dientes,
a esconder tus fotos
y tus regalos.

El sol pasa de largo.
Hay sombras
y espejos
y ni unas ni otros
te reflejan,
no puedo acostumbrarme,
no quiero.

El día se hace siglo sin ti.

Sé que tú estarás peor,
que estarás organizando un verano
sin mi risa
pero con la felicidad
que yo te robé
y mi penitencia
no está todavía creada
pero estoy trabajando
duramente
en ello.

Tu cepillo de dientes
y tus fotos
y tus regalos
siguen esperándote
con más esperanza
que yo.

jueves, 23 de junio de 2016

Punto

Es miércoles,
he dormido dos horas,
llorado tres
y llevo cuatro
borracho.

¿Dónde nace el frío?
Quiero decir,
sé las propiedades físicas
y las unidades de medida
y los receptores encargados
pero
¿dónde nace
este
frío?

¿Es el infierno
un lugar frío?

Otro whisky,
ya tengo los ojos secos
de no saber
si volverán a verte,
el bolsillo roto,
la mente rota,
la vida
rota.

Seguro que afuera
aguarda el calor
y planes fantásticos
pero no me apetece otra cosa
que quedarme aquí
en Ganímedes
bebiendo
y
dañándome.

jueves, 2 de junio de 2016

Contradicciones

Soy antirracista
pero a veces se me escapa
sin querer
y digo "moro".

Estoy a favor de los derechos LGTBIQ+
pero llamo
"maricones"
a mis amigos
sin ser ellos
nada de eso.

Soy antifascista
pero no sé decir que no
a la idea de un buen campo
de concentración.

Soy feminista
pero no puedo resistir
la tentación de agarrarte
bien fuerte del cuello
mientras follamos,
alimentando así
al sistema patriarcal.

Estas son solo algunas
de mis contradicciones,
ya podéis odiarme.
Estas
y una más,
la más gorda de todas:
sí,
soy comunista
y tengo
un iPhone.

martes, 24 de mayo de 2016

Marea

Los hijos de Calíope
destierran a su madre,
seres ubicuos
con ánima de rémora
          pretérita construyendo vórtices
hacia quintas
dimensiones donde
naufragar junto a Caronte negro y viscoso
de anodinia
que talla en la quilla
petroglifos
ecolálicos.

Ya está.

Puedo escribir así
y que cientos de poetas
me aplaudan en recitales
llenos de cultura
y se mueran un poquito de envidia
porque, joder, tengo una mente
privilegiada.
Podría ser tan pedante
como para que una editorial me publicara
y entonces un montón de señoritos
subrayasen las páginas
y utilizaran mis frases
para adornar su Facebook.
Podría,
pero quien me interesa no conoce
el bienestar
ni la estabilidad
ni el futuro,
así que seguiré
escribiendo para las amas de casa,
los mineros o las camareras
hasta el día en el que las amas de casa
y los mineros
y las camareras
acudan por cientos a mis recitales
y yo me vuelva pueblo
y abandone por completo la mansión de las palabras
y todos
bebamos
sabiendo
que ahora sí
la poesía
nos pertenece.


jueves, 19 de mayo de 2016

En Babia

Es difícil decirte a estas alturas algo que no sepas,
que tus ojos hablan, por ejemplo,
o que cabe una civilización
y mil esclavos
en tu vientre.
Es difícil que todavía
no te hayas enterado
de que existo porque existes,
de que no hay pócima
más mágica
ni más sagrada
que tu risa,
que tus lamentos despiertan monstruos
y mitologías desterradas.
De verdad, dudo que no sepas
que creas unidades de tiempo
desconocidas al hablar.
No me lo creo.
Ya ves, es difícil decirte a estas alturas
algunas cosas que no sepas
y sin embargo
vengo yo
y te las digo.

jueves, 14 de abril de 2016

Nuevo colchón

Ella duerme placidamente
y yo
como techo a su lado
sabiendo que esta es
nuestra última noche.
Lo sabe también el colchón,
ávido coleccionista de los atardeceres
de nuestros cuerpos,
lo sabe la mesita
en la que habitualmente reposo el bourbon
mientras te acurrucas
y me dices
"ya has bebido suficiente".
Lo sabe, seguro,
el universo
y hasta la vecina
que ya no aguantará
(¿?)
nuestros gemidos
y hasta tú
lo sabes
en sueños.
A partir de aquí
hay dos opciones:
o buscarse a otra persona
o buscarse otro colchón
(y a otra vecina)
y puestos a elegir
yo
te beso el coño
sin pensar en la superficie
mientras una nueva vecina
se queja
o
aplaude.

viernes, 8 de abril de 2016

Cristales Rotos

Cuando se hace de día la ciudad crece,
los árboles las aceras y los raíles
crecen
y aparecen nuevas figuras geométricas
y los borrachos ya
nos quedamos sin refugio
y tenemos que vomitar
en los árboles,
en las aceras
o en los raíles
a la vista
de una ciudad
que no soportamos.
Es importante
cuando luce el sol
saber que las mentiras
y las manchas
vuelven a ser visibles
y que las personas normales
critican
con frecuencia
ambas entidades
aunque sobre todo
las manchas,
las manchas son un cáncer.
Surgen los árboles las aceras los raíles
la soledad y el dolor
y la arrogancia y la tristeza y los maletines
y la ciudad crece
y a mí
eso
me repugna
profundamente.

viernes, 11 de marzo de 2016

Madame.

Los poetas de hoy en día,
bueno,
esos que os autoproclamáis
poetas
me dais asco.
Asco, sí.
En alguna entrevista
me han preguntado:
"¿cuáles son tus referentes?"
y todos
están
muertos
y no
es
casualidad.
Bebéis café en vasos anchos
y siropes
y cerveza sin alcohol.
Asco.
Sabéis leer
al menos,
y por eso no os desprecio,
pero no hay alma
en lo dicho
ni arte
en lo hecho.
Qué van a saber de plafones
los okupas.
Nada.
Eso es,
nada.
Vestís muy bien
y eso también
es de alabar.
Lleváis los flequillos perfectos,
los pantalones con raya
y los polos planchados
y yo
cinco minutos antes
de entrar al recital
he vomitado
de resaca
en el parque de al lado
y todavía tengo manchas
de barro
en mis vaqueros.

A lo mejor
yo
también
doy asco
y ya tengo
algo en común
con vuestra poesía.

martes, 2 de febrero de 2016

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