martes, 28 de junio de 2016

Palmira

Día 6: tú.

He vuelto a ver tus ojos verdes
y a abrazar tus miedos
esta tarde.
No quería llorar, lo prometo.

El desierto se hace bosque entre tus manos,
el problema comienza
cuando tus manos se alejan
y entonces toca tala
y no tengo ninguna habilidad
con el hacha.
Me hablas, ya sin bosque,
de tu deseo de ser libre,
de ser tú sin mí,
de todo lo que implica,
y yo sé
sin duda
lo que implica
y me muero un poco
de antemano
sin morirme del todo
porque los muertos
no tienen
otra oportunidad.

Esos ojos verdes...

Pareces cansada, es natural,
pero al menos te veo comer
y me reconforta,
y me hablas de tus planes de verano
sin mí
y me reconforta.

No quería llorar, lo juro.

Despedida,
desierto bosque tala
desierto bosque tala
desierto bosque tala
sales del coche
y en el desierto aparece
un oasis de lágrimas
demasiado saladas
como para permitir
el crecimiento
de ninguna palmera.

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