miércoles, 22 de octubre de 2014

Ella

Ella me ha mirado y me ha sonreído.
Fue algo fugaz y casi corriente,
por encima de la noche y de los relojes,
me ha mirado.
La plaza era la habitual
y la cerveza estaba fría, la conversación era tenue
y la hora eran todas las horas 
y ella me ha sonreído.
Quizá estemos a tiempo de salvarnos. 
Quizá nos hundamos 
ahora mismo. 
Pero ella me ha mirado y me ha sonreido, 
y por un segundo las guerras 
y las injusticias 
y el hambre 
no importan 
para mí.

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