jueves, 16 de septiembre de 2010

Disociación.

El reloj suele marcar las siete y media
cuando abro las puertas de la unidad.
Recibo la información
y (me) coordino,
(me) preparo,
(me) vigilo con mimo
que cada cual reciba su dosis,
(me) entrevisto,
(me) evalúo, (me) planifico,
(me) diagnostico,
actúo.
(Me) seco lágrimas y fobias,
(me) refuerzo conductas y filias.
(Me) investigo en cada libro
y en cada cara,
(me) analizo gestos, movimientos y ademanes,
(me) escucho asertivamente,
me alío.
Quizá (me) evite algún suicidio,
quizá (me) reconcilie
o (me) confronte delirios.
(Me) aprendo,
(me) reestructuro,
(me) cuido.
Son las tres, finaliza mi jornada.

En mi vida personal ya estoy muerto.

Bienvenido a mi disociación.

2 comentarios:

JPelirrojo dijo...

Cada día te veo más positivo... :P

Necesitas un cambio grande (ya).

Creo (yo).

Félix Calderón dijo...

holaa por fin te he encontrado, estuvimos hablando en la rave. He leído los tres últimos poemas, y me han gustado bastante. En primer lugar el de las pupilas azules, porque usas expresiones que generan buenas imágenes poéticas con esos ojos, que como tema, a mi también me gusta. Y éste último también me ha gustado bastante por las analogías psicológicas que empleas, y por el trasfondo, igualmente psicológico que posee el poema. Me pasaré a menudo para descubrir algún otro secreto en las variadas temáticas que usas para construir poesía. Mucha suerte con tus proyectos, seguro que saldrán bien. ;)