Hablar de poesía en poesía es una retórica absurda.
Por eso hablo de ti,
de nuestra casita en el Valle
de los Besos Perdidos,
pajaritos
de ansiedad sobrevolándonos,
frondosos,
los árboles de la soledad.
Cuánto pesa el silencio, y tú
sentada en tu sillita de madera
esperando el amanecer con la mirada
perdida.
Suerte,
Ora Pro Nobis
sábado, 10 de mayo de 2008
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