He querido ser y no he sabido,
con el arte eterno bajo la calota,
divertido con los sueños por la borda
con el talento malgastado y una muela rota.
He sido siempre sin pensarlo
altivo incomprendido de mirada triste,
y los zapatos desgastados y la euforia
en el llanto y una vida que no existe.
He sido el ser de la derrota,
el fusil de la palabra de fogueo,
la crueldad del tiempo en una carta
que aún conservo y que ya casi nunca leo.
Nunca seré más que una promesa,
el problema irresoluble y sin teorema,
el brillo en tus ojos y la sonrisa
que te nace cuando escuchas mis poemas.
viernes, 25 de octubre de 2013
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