Es difícil decirte a estas alturas algo que no sepas,
que tus ojos hablan, por ejemplo,
o que cabe una civilización
y mil esclavos
en tu vientre.
Es difícil que todavía
no te hayas enterado
de que existo porque existes,
de que no hay pócima
más mágica
ni más sagrada
que tu risa,
que tus lamentos despiertan monstruos
y mitologías desterradas.
De verdad, dudo que no sepas
que creas unidades de tiempo
desconocidas al hablar.
No me lo creo.
Ya ves, es difícil decirte a estas alturas
algunas cosas que no sepas
y sin embargo
vengo yo
y te las digo.
jueves, 19 de mayo de 2016
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