te arropo, te mimo, te acojo.
Yo te ofrezco cigarro y cosquillas,
tú me ofreces la vida en tus ojos.
Hablas de que fantasmas navideños
vienen de otro diciembre a abrir tus cicatrices,
sabiendo que los fantasmas que dices
son los que a mi también me quitan el sueño.
Después te acurrucas en mis brazos,
respiras hondo por la boca y me confías
el poder de la caricia en tu regazo.
Te beso y te susurro al oído: "Vida mía,
tu te enamoraste en el primer abrazo,
yo me enamoré de ti mientras dormías."
1 comentario:
Muy bueno, enhorabuena.
Un saludo
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