Espera,
no te vayas todavía,
aguanta un poquito más,
sécate ésas lágrimas.
Vine para eximirte
sin permiso ni prisa
de toda responsabilidad.
Siéntate, mi niña,
se está tan bien en éste parque...
Escúchame bien,
estabas tan enferma,
me lo susurrabas a voces
con cada abrazo,
y yo siempre muy callado
o muy distante
o muy...
Cuidado,
vas a quemarte los dedos,
ahí ya no queda nicotina.
Espera, aún no,
déjame acompañarte,
déjame
volar contigo sin frenos,
atravesar el universo negro
y disfrutar de la eternidad
junto a tus ojos grandes y tristes,
la octava maravilla,
el abrazo del funeral,
la sonrisa del depresivo.
miércoles, 7 de abril de 2010
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1 comentario:
"Eximirte de toda responsabilidad".
Y quizá ahí este el secreto para vivir de verdad la vida. Pero solo podemos hacerlo notros mismos y casi nunca sabemos. Solo por instantes, donde lo demás pierde sentido durante segundos.
Y quizá ahí esté el secreto para vivir de verdad la vida. Y no nos damos cuenta hasta que se apaga. Y vemos a los pecadores sin darnos cuenta que nosotros somos los primeros en pecar, asumiendo responsabilidades que nunca fueron nuestras más que por que nosotros mismos así lo decidimos... sin darnos cuenta.
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