martes, 5 de diciembre de 2017

Gilderoy Lockhart

Escucha,
he estado bebiendo en la esquina de un bar
y se me han sentado al lado
dos de tus groupies,
llevaban tu libro firmado
y una sonrisa de oreja a oreja,
hablaban de la foto contigo
de Instagram
de seguidores,
¿es eso lo que buscas, Miguel?
Venía de oírte en un recital
circunstancialmente,
yo iba a beber
escuchando a Jesús Robles
y apareciste
y llovieron bragas
y llovió saliva
y aplausos
(no para Jesús,
te reservabas los aplausos,
Miguel)
y te lo juro,
te lo puedo jurar
yo te oía
y en mi mente aparecía
Gulag
KGB
Stasi
alguien que te persiguiera
alguien que te reeducara.
¿Es eso lo que buscas, Miguel?
¿Obtienes placer
de todo esto?
El caso es que había
a mi lado
en el bar donde bebía
dos groupies con tu libro
y no me dejaron otra opción
que cambiarme
de barra.

Chito

Quizá mi problema sea
que espero más de la sociedad
de lo que la sociedad
puede darme.

Lejanías.

Soy una sombra
          soy un idilio
                    soy una groupie
                              soy el demonio
                                        soy múltiple
                                                  soy nada
espero mucho
me come.
Es febrero y arde
es ahora y muerde
es la vida y rompe.

Ansiedad.

El gorrión se cansa de promesas de flores
el gorrión se va del árbol.

El desierto ha perdido la arena
y ahora el desierto el McDonalds
y compran el Big Mac
a 120 dirhams.

Espero que la gente sea amable
y que me abracen en cada esquina
y alaben mis versos
y se beban mis letras
y es verdad que aquí dentro
soy la hostia
y que bebo gratis
y a veces
hasta me pagan
con dinero
por HABLAR,
pero ahí fuera
sombra idilio demonio groupie múltiple
nada
nada
nada.
Quizá mi problema
sea querer
que la calle sea
un escenario
donde los focos estén
constantemente
puestos
en mí.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Círculo

Todo acaba donde empezó,
en esta silla esperando el turno
olor a amoniaco rancio
caras fijas
caras vacías
caras sin cara
y esta puta silla
el dolor de espalda
la poesía que se aleja
todo lo que era
lo que fui
lo que iba a ser
se aleja
se muere
y bajo este techo
nos morimos todos
y todos buscamos
la mano amiga que nos preste
la droga o la escopeta
la huida fabulosa
el cielo que se aleja
el horizonte
el albatros
el tiempo
se aleja
se muere
y bajo este techo.

Todo acaba donde empezó,
aunque claro que no empezó aquí
pero mirando hacia atrás se sabe
eso se sabe
y otra vez la silla
y la espalda me arde
y la silla de al lado
esta vez
está
vacía
y mi mano está
vacía
y mi cara
está
vacía.

viernes, 15 de septiembre de 2017

De Cero a Cien

Caerás,
sé bien que caerás
y mi hogar arderá
como arden hoy mis manos y tus párpados,
y el núcleo que dejo detrás
no estará más al ras,
convirtiendo el Kalahari en los Cárpatos.

Sabiendo que estoy
a dos océanos de verte
y que no me corresponden
ni mi vida ni mi suerte,
aunque dos océanos
separen nuestros cuerpos
ni la Laguna Estigia
podrá separar mi mente.

Día sexto después
del apocalipsis
escribo desde el séptimo
cielo de mi crisis.
¿Dónde nace el frío?
¿Cómo paro esta sepsis?
Mi verso ya no es verso,
mi canto es hemoptisis.

Puerta entreabierta,
despierta,
revienta
el zumbido
de alerta
al oír mi alarido.
En la reyerta
el sentido
oferta
el olvido
y deserta
al saber que te has ido,
que te he perdido
y te vas,
que no hay marcha atrás,
que me dejas la asfixia
y el ruido,
un par de promesas de más
y la caquexia
al haber comido
menos mundo
de lo prometido.

No me rescates mientras puedas,
tengo que aprender a valorarme
a fumarme la humareda del desarme,
a abrir las grandes alamedas,
a volar,
con las alas rotas
a volar,
a tragarme kilos de veneno,
a guardar
la calle y el bar
como un sereno,
a sentirme lleno
sin ti
y echar al fin
el freno.

jueves, 14 de septiembre de 2017

7:56

Me ha amanecido en los callejones más oscuros
y en las avenidas más grandes
(cerradas,
siempre cerradas)
y en la muerte de un amigo
y en tus pecas
y en hoteles de cinco
y debajo del agua
y en la nieve
y en portales
y en algún que otro calabozo
y en alguna que otra taberna
y oliendo a Chanel
y oliendo a vómito
pero nunca
nunca
nunca
ha salido el sol
borrando
el asco
que me tengo.

martes, 12 de septiembre de 2017

Pasión

Si miraras menos al espejo
cuando estás hablando
con alguien delante...

Yo beberé por los dos.

Andrés Suárez.

Ofreces sal
al sediento,
micras de harina
al heroinómano,
Sandy al alcohólico.

No funciona así.

Yo te pretendía entera,
de nada me sirve un puzle
al que le faltan piezas.
Yo te pretendía viva,
segura y feliz
caminando mis días,
te quería desnuda de traumas,
colmada de bienes
te quería.

No puedo aceptarte incompleta.

Soy consciente
de que te marchaste
porque ya era inhabitable
el infierno que fabriqué:
los actores eran demasiado malos,
el paisaje pobre,
la resaca inmensa,
la tristeza tanta.
Hoy vivo
mi particular Pasión
aceptando incluso
más latigazos
de los que me corresponden.
Te prometo
(si es que aún hoy
estoy en condiciones de hacerlo)
que cargaré hasta el monte
con tu cruz
y con la mía.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Al Borde del Precipicio

Por fin se puso en rojo
el semáforo de tus días,
harto ya del ámbar;
había que saltar.

Nuestra historia fue un taxi
recogiendo al borracho de madrugada,
volviendo a encender la luz verde
a llegar a destino.
Solo queda
pagar la carrera,
dar amablemente las gracias
y una despedida fría,
unos días de aclimatarse a la ciudad,
unas semanas de descanso en cama
(poco importa cuál),
volver a vestir ropa de domingo.

Había que saltar.

Resulta que hay vida después de la vida
y que los jazmines brotan alegres
aunque ya no los huelas
y que aún tocará fregar
los platos que no rompiste
y que mi cama será mi cama
y que mi barrio será mi barrio
y habrá amigos y paisajes
y bares abiertos y tatuajes
nuevos a los que acariciar.

Tocaba conocer el precipicio,
tocaba actualizar los sueños
y que por fin fueras feliz
sin el ancla de mis manos
a un mundo de sombras
que bloqueaban tus alas
y nuestra sonrisa.

Había que saltar, lo sabes.
Iré yo delante
para estrellarme primero
y servirle así de cama
a tu caída.
Al fin y al cabo,
después de hacerte vivir mi infierno
es lo mínimo
que te debo.